viernes, 23 de septiembre de 2011

Existentialismus


Quiero volver a mi porque esta no soy yo, o al menos no soy tan yo, o si, pero no soy la yo que me gustaría ser.
Quiero ser esta yo y la otra también, un poco de cada una, un poco de la realista y otro de la soñadora, un poco de la que piensa y otro poco de la que siente, no puro ente pensante.
Si mi sentir prima sobre mi pensar no es bueno, y si mi pensar reina sobre mi sentir tampoco lo es. Aunque creo así es más cruel, así de la segunda manera digo. De tal modo estaría mucho conmigo (estaría, que mal usado está, puesto que estoy así, ahora en presente, soy muy yo) Me encuentro conmigo continuamente, ya suficiente es estar dentro de este cuerpo como para pensarme todo el tiempo, analizarme todos los días, ponerme en tela de juicio constantemente.
Quiero ser yo pero no, es contradictorio (como lo que me pasa con vos) es decir, quiero ser yo pero estar con los demás, disfrutar de mi pero como cuerpo y ser que presencia una fiesta, una reunión de amigos, para estar con los demás como uno, no para estar con otros dentro de si, estando en el lugar pero adentro suyo.
Es confuso, contradictorio y hasta molesto, pero ya ves que no me contento, que no me entristezco, ni me, ni me; acá estoy indiferente, como la nada y a la vez nada pero con o, o sea nado, nado en un mar de pensamientos y cuestionamientos sobre la vida.
Ya ves, existencialismo.

jueves, 15 de septiembre de 2011

realidades


Un ojo que mira un árbol que abriga, una ilusión óptica entre mis ojos y el árbol.

Sus ramas se tornan lindas, las contemplo como nunca antes.

Tus dedos se enredan en mi pelo buscando pisar firme, pero entre esos enredos nos paramos inestables, y yo no logro comprender dicho enredo, ese sentimiento que me une a vos

A veces si, a veces no. Cuando uno mira de cerca cual cíclopes, como Oliveira y La Maga en rayuela, no logra ver. En cambio, a la distancia encuentra cosas, sentimientos y pensares que no creía ni veía desde su rol de mirada ensimismada.

Siento un ritmo en mis espalda, son los dedos tuyos marcándolo, escuchando una canción que yo no, interpretando una realidad distante a la mía, y cercana a la vez.

martes, 6 de septiembre de 2011

Res cogitans


Sentada en una callecita de La Boca, la de las vías, ¿viste? miro autos, camiones, motos, bicicletas pasar, también pasa la gente, sola o acompañada, con niños, con parejas, con pensamientos. Por las laterales andan el 33, creo, y el 53 -recién paso una nena con un guardapolvito a cuadros celestes y blancos, con su mamá, con sus hermanos e intercambiamos una mirada y una sonrisa-. Pasan más colectivos pero desconozco sus números.
Escucho música, veo las hojas en el suelo rodar; la calle por unos instantes queda vacía - ya no, otra nena, casi con el mismo guardapolvo que la anterior, con su mamá y un bebe, la miré y me miró, le sonreí, pero ella no-.
Ahora entonces sí quedé sola en la calle con los árboles, va tan sola no, estoy con mis pensamientos que van y vienen tratando de encontrar el llanto que siento, se quedó trabado y se transformó en indiferencia. Lo más perturbador, lo que me hace girar en pensamientos es que va más allá de la nada misma, se que me provoca algo más que no puedo soltar.
Un hombre pasa en bicicleta y ahora otro en moto y uno caminando. Detrás vienen una estudiante, un muchacho y una familia (mamá, papá e hijo).
Ahora un micro y en mis oídos canta Manu Chao.
Observo esta hermosa calle que lleva el nombre Garibaldi; y pienso, que lindo serían unos mates. Vuelvo a pensar (¿en volar?), pienso en pararme, prenderme un pucho y echarme a andar.
(Ahí vienen más personas) Chau.