El mundo se cae a pedazos y mi solución es esperarte, esperarte para cambiar la realidad que en vano fue vivida y transcurrida.
Los árboles lloran a gritos desahuciados, se van desvaneciendo cual las sábanas de nuestro viejo pasado. Piden el giro, reclaman el cambio.
Los cerebros casi muertos y taciturnos ya no logran ver el crepúsculo liviano que de a poco nos va llevando.
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